Muchos dicen que es una festividad inventada exclusivamente con fines comerciales, que es algo más de tanta cultura basura que nos llega desde nuestros vecinos del Norte... Y podría ser cierto. Pero yo pienso que, más allá de que se incrementen las ventas de tarjetas, flores y chocolates, es una buena ocasión para tener un gesto hacia aquella persona que, aunque sea por un momento, nos hace sentir inmortales. Es también una buena oportunidad de redención, para los que han olvidado un aniversario o cumpleaños, para los que se quedan viendo un partido de fútbol un viernes a la noche, para las que arrastran a su compañero durante horas por el shopping... en fin, creo que ya se habrán dado una idea.
A partir de hoy, voy a subir al blog poemas, textos, recomendaciones de novelas "románticas", etc... a modo de inspiración si quieren. Quizá alguien descubra la razón de esa fuerza que tantos han tildado de irracional. Quizá alguien atisbe un poco de verdad tras la farsa.
Gacela III, Del amor desesperado( Diván del Tamarit, 1934)
Federico García Lorca
La noche no quiere venir
para que tú no vengas,
ni yo pueda ir.
Pero yo iré
aunque un sol de alacranes me coma la sien.
Pero tú vendrás
con la lengua quemada por la lluvia de sal.
El día no quiere venir
para que tú no vengas,
ni yo pueda ir.
Pero yo iré
entregando a los sapos mi mordido clavel.
Pero tú vendrás
por las turbias cloacas de la oscuridad.
Ni la noche ni el día quieren venir
para que por ti muera
y tú mueras por mí.
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