jueves, 17 de enero de 2008

Mil Grullas

"Mil grullas"( Sembazuru, en japonés), es una de las novelas de Yasunari Kawabata, y es también el primer libro que leí este año, afortunadamente. He mencionado con anterioridad a Kawabata, y probablemente lo siga haciendo, dado que estoy fascinada con su obra. Desde que leí "País de Nieve", un libro de una belleza incomparable, estoy decidida a leer todo lo que haya escrito.
El título del libro, hace referencia a una creencia del folklore japonés: quién realice mil grullas de origami (arte japonés de doblar papel) tendrá una vida longeva y felíz, sin embargo, ésta no es más que una imágen fugaz, aunque fuertemente símbolica, en el argumento, una especie de augurio. La trama, en realidad, gira en torno a un ritual profundamente arraigado en la tradición de Japón: la ceremonia del té (cha no yu). Es por ello, que los personajes comparten el protagonismo dentro de la historia con ciertos objetos de cerámica, realizados y utilizados especialmente para dicha ceremonia. No son utensilios sin importancia, sino piezas de arte, silenciosos testigos, que en la novela revelarán, con su sola presencia, las emociones e intenciones que esconden sus propietarios. Así, cuando en un pasaje se habla del efecto blanco-translúcido de una mizusashi (jarra para el agua) de cerámica shino, en el cual parece aflorar ciero color rojizo, se puede adivinar la pasión oculta. Pasión, rencor, nostalgia, son emociones recurrentes en esta historia, donde los personajes parecen moverse siguiendo el curso de un destino del cual no están conscientes pero del que tampoco quieren huir.
Kikuji Mitani, un hombre joven condicionado en su vida por el recuerdo de su padre muerto; Chikako, maestra en la ceremonia del té y amiga de la familia Mitani; la Sra. Ota, antigua amante del padre y rival de Chikako; y finalmente, Fumiko, la hija de la Sra. Ota, son los personajes principales de la novela. Ellos son quienes revivirán viejas pasiones y odios, rehuirán o buscarán los fantasmas de la melancolía, perdonarán o serán perdonados, e intentarán alcanzar siquiera una de esas mil grullas.



Mil Grullas (Sembazuru, 1949)

Fragmento

..."El borde era levemente marrón. En un lugar el marrón era más oscuro. ¿Era allí dónde uno bebía?.
El borde podía haberse manchado por el té y podía haberse manchado con los labios.
Kikuji miró el tenue marrón y sintió que allí había un toque de rojo.
¿Dónde se había estampado el lápiz de labios de la madre?
Había también un color rojo y negro en la rajadura. El color desteñido del lápiz de labios, el color rojo de una rosa marchita, el color de sangre vieja y seca. Kikuji comenzó a sentirse intranquilo.
Una sensación de náusea y de suciedad y una abrumadora fascinación surgieron simultáneamente."...


Extraído de : "Mil grullas", Yasunari Kawabata- Editorial Emecé- Lingua Franca. Traducido del inglés por María Martoccia y prologado por Amalia Sato.



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