Hago este post hoy porque ya pasó mucho tiempo desde que mencioné a Federico García Lorca. Teniendo en cuenta que fue la fuente de inspiración para la creación del blog, me siento en el deber de rendirle mi humilde homenaje.
Ahora comparto con ustedes un poema de su primer libro:
"Canción otoñal" ( de "Libro de Poemas", 1918, Granada)
Hoy siento en el corazón
un vago temblor de estrellas,
pero mi senda se pierde
en el alma de la niebla.
La luz me troncha las alas
y el dolor de mi tristeza
va mojando los recuerdos
en la fuente de la idea.
Todas las rosas son blancas,
tan blancas como pena,
y no son las rosas blancas,
que ha nevado sobre ellas.
Antes tuvieron el iris.
También sobre el alma nieva.
La nieve del alma tiene
copos de besos y escenas
que se hundieron en la sombra
o en la lus del que las piensa.
La nieve cae de las rosas,
pero la del alma queda,
y la garra de los años
hace un sudario c0n ellas.
¿Se deshelará la nieve
cuando la muerte nos lleva?
¿O después habrá otra nieve
y otras rosas más perfectas?
¿Será la paz con nosotros
como Cristo nos enseña?
¿O nunca será posible
la solución del problema?
¿Y si el amor nos engaña?
¿Quién la vida nos alienta
si el crepúsculo nos hunde
en la verdadera ciencia
del Bien que quizás no exista,
y del mal que late cerca?
¿Si la esperanza se apaga
y la Babel se comienza,
qué antorcha iluminará
los caminos de la Tierra?
¿Si el azul es un ensueño,
qué será de la inocencia?
¿Qué será del corazón
si el amor no tiene flechas?
¿Si la muerte es la muerte,
que será de los poetas
y de las cosas dormidas
que ya nadie las recuerda?
¡Oh sol de las esperanzas!
¡Agua clara!¡Luna nueva!
¡Almas rudas de las piedras!
hoy siento en el corarzón
un vago temblor de estrellas
y todas las rosas son
tan blancas como mi pena.
-------------------------------------------------------------
Extraído de "Lunas, Penas y Gitanos"- de Errepar, edición del año 1999.
www.errepar.com
un vago temblor de estrellas,
pero mi senda se pierde
en el alma de la niebla.
La luz me troncha las alas
y el dolor de mi tristeza
va mojando los recuerdos
en la fuente de la idea.
Todas las rosas son blancas,
tan blancas como pena,
y no son las rosas blancas,
que ha nevado sobre ellas.
Antes tuvieron el iris.
También sobre el alma nieva.
La nieve del alma tiene
copos de besos y escenas
que se hundieron en la sombra
o en la lus del que las piensa.
La nieve cae de las rosas,
pero la del alma queda,
y la garra de los años
hace un sudario c0n ellas.
¿Se deshelará la nieve
cuando la muerte nos lleva?
¿O después habrá otra nieve
y otras rosas más perfectas?
¿Será la paz con nosotros
como Cristo nos enseña?
¿O nunca será posible
la solución del problema?
¿Y si el amor nos engaña?
¿Quién la vida nos alienta
si el crepúsculo nos hunde
en la verdadera ciencia
del Bien que quizás no exista,
y del mal que late cerca?
¿Si la esperanza se apaga
y la Babel se comienza,
qué antorcha iluminará
los caminos de la Tierra?
¿Si el azul es un ensueño,
qué será de la inocencia?
¿Qué será del corazón
si el amor no tiene flechas?
¿Si la muerte es la muerte,
que será de los poetas
y de las cosas dormidas
que ya nadie las recuerda?
¡Oh sol de las esperanzas!
¡Agua clara!¡Luna nueva!
¡Almas rudas de las piedras!
hoy siento en el corarzón
un vago temblor de estrellas
y todas las rosas son
tan blancas como mi pena.
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Extraído de "Lunas, Penas y Gitanos"- de Errepar, edición del año 1999.
www.errepar.com
El día que leí ese poema mis penas también eran blancas. ¡Afortunada!.
Pasaron los años, perdí sin notarlo casi toda inocencia
y la tristeza, tan pura entonces,
pide turno en mi agenda.
Pasaron los años, perdí sin notarlo casi toda inocencia
y la tristeza, tan pura entonces,
pide turno en mi agenda.
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