viernes, 5 de septiembre de 2008

¿Qué libros nos acompañan en casa?

Hace tiempo que quiero hacer un post sobre los libros, y su lugar en el mundo que encierran las paredes de una casa. O sea, la biblioteca personal, doméstica; la biblioteca que por nuestras apetencias, a veces con ayuda de las de otros, va adquiriendo su propia fisonomía.
Mi biblioteca material no es un reflejo fiel de la biblioteca que construyo dentro mío. La biblioteca abstracta contiene sólo los libros queridos o trascendentes, los que quedaron allí porque al leerlos me sentí felíz, o bien, inmersa en la aventura de redescubrir, resignificar el mundo; también los que están estrechamente ligados al pasado, al recuerdo de momentos y afectos importantes. La biblioteca hecha de madera y papel es una mezcla extraña. En ella tengo libros que jamás hubiese leído o comprado, pero que me fueron regalados (y por eso los leí y conservo); libritos pequeños, de bolsillo, que me acompañaron en ciertos viajes; libros pesados, viejos y hermosos, que fueron heredados; algunos imprescindibles, si, por supuesto; y otros que necesito tener ahí, a la vista, para rememorar cierto acontecimiento. Mi biblioteca material narra mi historia, la de Verónika-persona, no la de Verónika-lectora; habla de los lugares en que viví, de la familia y los amigos.
Por lo anteriormente escrito, es que en mi bliblioteca se codean: la "Poesía Vertical" de Juarroz, con "Platero y Yo"; "El aleph" con "Verónika decide morir" de Paulo Coelho; "Una canción de Navidad" de Dickens con "Bodas de Sangre"; "Los hermanos Karamazov" y el "Médico" de Noah Gordon; entre muchos otros.
Mis libros hace poco desbordaron la pequeña biblioteca en la cual los confinaba; tomaron por asalto cada rincón de la casa, se adueñaron por completo del escritorio e incluso, en un momento, llegaron a asomarse por la alacena, entre el café instantáneo y el paquete de harina integral. Viendo que ya estaba quedando cercada tuve que llamarlos al orden. Habilité una sección del placard ( o armario empotrado) que tiene muchos estantes como biblioteca. Así es como ahora tengo una pequeña biblioteca a la vista de quienes me visitan, y otra, más grande, oculta de miradas ajenas.

Después queda un tercer tipo de bilioteca: la biblioteca soñada, la que quisiera tener... Pero ese es otro tema.





"Bookshelves" (Estantes con libros, 1725)
Giuseppe Maria Crespi

8 comentarios:

Rayuela dijo...

¡Lindo post, Veronika!

Muy cierta la diferenciación entre biblioteca material, abstracta y soñada. La material puede incluso resultar engañosa, porque alberga libros que terminaron ahí por distintos motivos (regalos, obligaciones académicas, etc.), algunos de los cuales no hemos leído pero que nos traen recuerdos. La abstracta, sin duda alguna, es la más "nuestra", la que nos conoce a través del tiempo. La soñada..., en fin, un poquito de lo que deseamos, de lo que aspiramos a ser...

¿No te resulta triste una casa sin biblioteca (por chiquita que sea)? Cuando voy a casa de alguien siempre me fijo (con disimulo) si hay libros a la vista, y son muchas las que no los tienen...

¡Saludos!

Veronika dijo...

La verdad que sí, una casa sin biblioteca me parece muy triste. Quizás, obviamente, porque yo no podría vivir en un casa así y ser felíz.
Gracias por tus palabras!

Veronika

Lluís Salvador dijo...

Bonito de verdad.
Hay también otra biblioteca, que te deseo no tengas nunca: La de los libros desaparecidos. En mi vida han habido algunas catástrofes (pequeñas), pero que hicieron desaparecer algunos libros que no sé si podré recuperar algún día ni si en la edición en la que los recuerdo.
Tu post me ha evocado los libros de mi casa, pero también me ha recordado esos hijos que ya nunca más volverán.
Un saludo.

Veronika dijo...

Hola Lluís!

Ya he perdido un par de libros, pero al menos no fueron perdidas muy valiosas. Tengo un familiar que perdió un original de Los miserables, de Víctor Hugo... Me pareció terrible la posibilidad de perder un libro así.

Cuando me mudé de la casa de mi madre, dejé muchos libros que fueron esenciales en mi formación como lectora. No tenía suficiente espacio para traerlos conmigo a Buenos Aires. Ahora sufro la nostalgia de tenerlos lejos... Esos libros era, en cierta forma, mi hogar. ¡No veo la hora de recuperar algunos de ellos!.

Saludos!

Verónika

Anónimo dijo...

La biblioteca de mis sueños es como la que muestran en la película "El Nombre de la Rosa", pero supongo que sus libros deberían estar traducidos a idiomas que yo entienda, además debería tener los libros que se perdieron de la biblioteca de Alejandría, y unos cuantos que conozco y otros tantos que desconozco en sus primeras ediciones, pero de estos los últimos siglos. Sé que no la podría leer en toda mi vida... pero está solo en mis sueños.

Anónimo dijo...

Ayyy, yo tengo montones de libros por toda la casa. Y no sólo en los libreros (que todas los cuartos de esta casa tienen uno), sino apilados en las mesillas que hay en la sala, en la mesita de noche junto a mi cama, en la mesa del comedor, en la barra de la cocina. Soy muy desordenada con ellos. Siempre estoy leyendo varios a la vez y están por todos lados.

Mi librería soñada: una que hay en portugal. Pero también me gusta mucho la que sale en la película de disney de la Bella y la Bestia.

Saludos,
Ale.

Veronika dijo...

¡Hola Bibliobulímica!

Bueno,a mi me regalaron (hace muuchos años ya) para un cumpleaños la película de La bella y la bestia, porque decían que era despistada y devoradora de libros como el personaje; y también porque me había gustado mucho la película. Lo que muchos no saben es que la principal razón de que me haya gustado es justamente la biblioteca. Siemre que Bella entra y descubre esa gigantesca biblioteca, yo suspiro, jaja.

¡Saludos!

Red social libros dijo...

:-) muy bueno. conoceis la red social de libros http://www.entrelectores.com ??