viernes, 18 de julio de 2008

Convicciones


Hoy cumple 90 años Nelson Mandela. Parece que ser una persona con sólidas convicciones no siempre atenta contra la longevidad.
Quería leer algo de poesía sudafricana y compartirla desde este humilde blog, pero no he tenido suerte. No he encontrado ninguna publicación de Breyton Breytenbach o Uys Krige, por ejemplo.
Entonces decidí cambiar el rumbo de este post y buscar en las raíces trivales de Mandela. Así fue como llegué a un poema anónimo del folcklore Bantú llamado "Alma ausente".

Las lejanas montañas te ocultan de mí,
Mientras se me enciman las cercanas
Si yo tuviera un pesado martillo
Para aplastar las montañas cercanas.
Si yo tuviera alas como un pájaro
Para volar sobre aquellas más lejanas.

Nelson Mandela fue un pájaro enjaulado por muchos años, pero podría decirse que con sus ideales pudo aplastar algunas montañas.

"Siempre he atesorado el ideal de una sociedad libre y democrática, en la que las personas puedan vivir juntas en armonía y con igualdad de oportunidades.
Es un ideal para el que he vivido. Es un ideal por el que espero vivir, y si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir".








2 comentarios:

Anónimo dijo...

[¡Hacía tiempo que no te leía!]

Sin ninguna duda Mandela es un ejemplo para mucho y para muchos.

Encontré un poema de Breyton Breytenbach, del poemario In Africa Even the Flies Are Happy: Selected Poems, 1964-1977:

Amenaza del enfermo

Señoras y señores, déjenme introducirlos a Breyten Breytenbach,
el hombre delgado de suéter verde; él es devoto
y refuerza y martillea su cabeza oblonga
para fabricar un poema para ustedes por ejemplo:
Tengo miedo de cerrar mis ojos
No quiero vivir en la oscuridad y ver lo que pasa
los hospitales de París están atestados de gente pálida
de pie ante las ventanas haciendo gestos amenazantes
como ángeles en el horno
está lloviendo las calles desolladas y resbaladizas
mis ojos se almidonan
en un día mojado como este ellos/tú me habrán de enterrar
cuando las tierras herbosas sean negra carne cruda
las hojas y las flores hastiadas crepitantes y manchadas de humedad
antes de que la luz pudiese roerlas, el cielo suda sangre blanca
mas yo me negaré a enjaular mis ojos
arranca mis alas óseas
la boca es demasiado secreta para no sentir dolor
lleva botas a mi entierro para escuchar el barro
besando tus pies
semejantes a negros capullos los estorninos sacuden sus traslúcidas y
suaves cabezas
los árboles verdes son monjes, murmurando
plantadme en una colina cerca de un estanque bajo los dragones
permitid a los furtivos patos amargos defecar en mi tumba
en la lluvia
los gatos son poseídos por las almas de locas aunque astutas mujeres
miedos miedos miedos con incoloras cabezas diluviadas
y yo me negaré a confortar (aliviar) mi lengua negra

Miren él es inofensivo, tened misericordia de él

Veronika dijo...

Hola Rayuela!

Gracias por la visita!. Muy bueno tu aporte. Saludos!