jueves, 29 de mayo de 2008

A un paso de los cien años

A un paso de los cien años.
¿Que diría Alfonsina?
ella que contemplaba lo efímero
y que, con cierta amargura, escribía
sobre cómo mueren los sueños.
¿Qué diría la loba?
si supiera que, después de tantos años,
las ovejas estamos leyendo sus versos.




"Dolor"


Quisiera esta tarde divina de octubre
pasear por la orilla lejana del mar;

que la arena de oro, y las aguas verdes,
y los cielos puros me vieran pasar.

Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
como una romana, para concordar

con las grandes olas, y las rocas muertas
y las anchas playas que ciñen el mar.

Con el paso lento, y los ojos fríos
y la boca muda, dejarme llevar;

Ver cómo se rompen las olas azules
contra los granitos y no parpadear;

Ver cómo las aves rapaces se comen
los peces pequeños y no despertar;

Pensar que pudieran las frágiles barcas
hundirse en las aguas y no suspirar;

Ver que se adelanta, la garganta al aire,
el hombre más bello, no desear amar...

Perder la mirada, distraídamente,
perderla, y que nunca la vuelva a encontrar;

Y, figura erguida, entre cielo y playa,
sentirme el olvido perenne del mar.




"Cuadros y ángulos"

Casas enfiladas, casas enfiladas,
casas enfiladas.
Cuadrados, cuadrados, cuadrados.
Casas enfiladas.
Las gentes ya tienen el alma cuadrada.
Ideas en fila
y ángulo en la espalda.
Yo misma he vertido ayer una lágrima,
dios mío, cuadrada.

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