jueves, 4 de marzo de 2010

Dime qué lees y te diré quién eres...

"Mujer joven leyendo junto a una ventana", Delphin Enjolras



En un artículo de la revista cultural Ñ, el escritor Martín Serra habla del lector como personaje; en todo momento en oposición a la figura del escritor. Menciona el aspecto esquivo, el anonimato en el cual el lector se desenvuelve como tal, y el misterio que se construye a su alrededor. La figura enigmática del lector, el cual arma su obra lejos del ojo público (la biblioteca personal) y el escritor que es conocido, o reconocido, justamente por la obra que publica. En todo momento deja en claro que la figura del lector es a su entender más interesante. Y yo pensé: para él, que es escritor. Me refiero a que ese interés que despierta el lector, como personaje, con sus peculiaridades, también tiene que ver con la mirada propia del escritor.

En muchas ocasiones, debido a la gran pasión que despiertan en mí los libros, he pensado que quizás debería volverme bibliotecaria. Entonces, podría manipular esos libros viejos y gastados; olerlos, ordenarlos e incluso restaurarlos. Había pasado por alto, sin embargo, otro aspecto: el encuentro con los lectores, con las personas que hacen uso de esos libros. Tomé conciencia de esto gracias al blog de Leox, un lector que trabaja como bibliotecario. En su blog, llamado "Devolución y préstamo", tiene una sección o categoría en la cual caracteriza, de manera muy amena, a ciertos lectores que concurren a la biblioteca en la cual trabaja. Me pareció muy interesante ese enfoque, esa invitación a fantasear y conjeturar sobre la persona detrás de la ficha de lecturas. Después recordé como muchas veces observo los gestos de un extraño en el tren, en la parada del colectivo, haciendo la cola en el supermercado... Me detengo a contemplar porque algún detalle en la apariencia de esa persona captó mi atención, o bien porque manifestó cierta emoción que encontró eco en mí. Observo por un momento y luego imagino, creo un personaje para esa persona que realmente no conozco. Pero siempre he creído que incurro en esa observación de un otro desconocido porque tengo la mirada condicionada, porque tengo el hábito de captar y retener todo lo que me rodea... Percibir para crear y , en mi caso, escribir. Concluyo, que como escritora me resultaría más que interesante ese encuentro con los lectores.
Pero también es cierto que, como lectora, a veces me detengo a leer sobre el autor del libro que estoy leyendo. Me interesa, aunque no en misma medida que su obra, conocer a la persona escondida detrás de las palabras. En este sentido, corro con ventaja; es más probable satisfacer la curiosidad que siente el lector sobre el escritor, que viceversa.
¿Cuándo leemos estamos construyendo un personaje?¿Constituye nuestra biblioteca (material o abstracta) la obra de nuestro yo-lector? ¿Cómo somos cuando leemos?.

Fragmento del artículo:

"La lectura es el último lugar privado. Se pue­den contar sus síntomas y fenómenos exteriores, pero el castillo íntimo de la lectura –ese momento de silencio agazapado entre un animal y su pre­sa– permanecerá inaccesible hasta el fin de los tiempos. A riesgo de plasmar una acrobacia retó­rica impostada, podría confesar lo siguiente: me interesa más saber quién es el otro (por eso leo todo lo que puedo) que saber quién soy (por eso escribo lo menos posible)."
Martín Serra Bradford, escritor y crítico.

5 comentarios:

Leox dijo...

El libro produce un carisma, que pocos objetos provocan. Basta ver a una persona leyendo,( independientemente sí el libro es de tú agrado) , para sentir una empatía con la persona.
En mi caso, el lado de la exploración de los lectores va en recorrer los lugares de una ciudad que visito, donde puedo encontrar a estos lectores. Cuando estoy de paso en una cuidad, siempre visito: bibliotecas o librerías.

Las fichas de lectura son un gran punto. En la sala de lectura donde trabajo , no se usan , pero conozco a una chica que trabaja en una biblioteca de la facultad de humanidades de una universidad , que las colecciona. En mi casa tengo varias , espero algún día hacer un post , sobre ello

Anónimo dijo...

¡que interesante entrada! creo que cada lector construye no sólo un personaje, sino un libro propio sobre el que va leyendo.
Como bien dice Samuel Johnson: un escritor sólo comienza un libro. El lector lo termina.

María dijo...

Veronika, hacía tiempo que no me paseaba por tus páginas...y me encuentro con esta entrada que me ha gustado muchísimo. "Leemos para saber que no estamos solos" Y de algún modo, creo que leer, constituye lo que somos, lo que nos inquieta y anelamos.
Me pasa un poco como a Leox, cada vez que visito una ciudad voy de cabeza a sus librerías.
Un abrazo!!

Veronika dijo...

¡Gracias a todos por sus comentarios!
Me esperan un par de semanas algo ajetreadas... Pero tengo algunas lecturas pendientes de ser comentadas, por lo que espero volver pronto y poder compartir lo leído.

¡Saludos!

natalia_paperblog dijo...

Estimada Verónika,

Buenas tardes. Soy Natalia, Responsable de Comunicación de Paperblog. Quisiera disculparme por dejarte un comentario así, pero no he encontrado otra manera de contactarte. Tras haber descubierto "Mil caballitos persas", me pongo en contacto contigo para invitarte a conocer el proyecto Paperblog, http://es.paperblog.com, un nuevo servicio de periodismo ciudadano. Paperblog es una plataforma digital de difusión cuya misión es identificar y dar a conocer los mejores artículos de los blogs inscritos, que sino, se diluyen entre la masa de información antes de llegar a los oportunos lectores.

Si el concepto te interesa, anímate a proponer tu blog, creo que tus artículos resultarían muy interesantes para los lectores de "Cultura". Si así fuese, los contenidos serían los mismos que los tu blog, asociados al autor original : acompañados de tu nombre/seudónimo, ficha de perfil y varios vínculos hacia el blog.

Espero que te motive el proyecto que iniciamos en Enero con tanta ilusión. Échale un ojo y mientras, no dudes en escribirme para conocer más detalles.

Feliz comienzo de semana,
Natalia