sábado, 26 de marzo de 2011

Pensando en esa pequeña cosa...

"Melancolía"- Edvard Munch (1895)



...Llamada felicidad.

"El grito silencioso" de Kenzaburo Oe, sigue gritando silenciosamente desde la mesita de luz. Lo tomo y lo dejo desde hace meses, y cada vez que vuelvo a él debo releer el capítulo anterior para"ponerme en clima". El libro consta de sólo doscientas sesenta y siete páginas... Estoy atascada en la página ciento treinta y cinco. Sinceramente, aún no puedo concluír si es por falta de empatía con el protagonista de la novela o bien por una fuerte sensación de rechazo que me generaron ciertos pasajes, lo cierto es que no puedo decidirme a avanzar con su lectura... Pero tampoco he desistido completamente, y es por eso que sigue ahí, asechando, en ruidosa latencia.

Mientras tanto he leído y releído otros libros, muchos de los cuales pasaron sin mayor relevancia. Entre los releídos se encuentra el clásico de ciencia ficción "Un mundo feliz" de Aldous Huxley. Dada mi propensión a la melancolía, no sé si fue un feliz idea releer esta novela. Pero bueno, por cuestiones azarosas me encontré una de las últimas tardes del pasado verano, leyéndolo.

Quería compartir el fragmento que me pareció más interesante...

"El salvaje movió la cabeza.

-A mí todo esto me parece horrendo.

-Claro que lo es. La felicidad real siempre aparece escuálida por comparación con las compensaciones que ofrece la desdicha. Y, naturalmente, la estabilidad no es, ni con mucho, tan espectacular como la inestabilidad. Estar satisfecho de todo no posee el encanto que supone mantener una lucha justa contra la infelicidad, ni el pintoresquismo del combate contra la tentación o contra una pasión fatal o una duda. La felicidad nunca tiene grandeza."

Un planteo provocativo, de esos que nos incitan a pensar.