viernes, 31 de octubre de 2008

Abracadra...

... ¡Que aparezca una nueva entrada! ( Ya quisiera...)

Antes era la hoja en blanco, ahora enfrento una pantalla en blanco. Quizás más intimidante, con su pixelada luminosidad y su vacío que se extiende hasta vaya uno a saber dónde... Una hoja de papel tiene menos espacio que llenar, límites más definidos; puedo, incluso, si quiero, doblarla o hacer un avioncito con ella. La pantalla con su rutilante blanco me apabulla, y es ahí que me gustaría contar con algún don de bruja.

Hoy es Halloween. Festividad made in E.E.U.U. No me interesa remontarme a La inquisición y sus torturas; a los prejuicios de esa época, a la persecución política y religiosa... No me interesa porque no creo que alguien realmente hoy esté celebrando eso (quizás soy ingenua, no sé...).
A mí me parece divertida la idea de comulgar con nuestros demonios y comer y obsequiar cosas dulces. Me parece divertida la oportunidad que tienen los niños estadounidenses de disfrazarse de lo que puede llegar a asustarlos el resto del año. Así lo tomo, con humor y sin pretensiones filosóficas.

En el día de hoy yo recomiendo:

- Ir al kiosko y comprar alguna golosina de la infancia ( si es que se consigue), sino probar alguna novedad.
-Leer las leyendas de Bécquer.
-Leer un cuento de Edgar Allan Poe
- Ver alguna película de terror, de las que nos impresionaban cuando éramos niños y ahora criticamos por sus pésimos efectos visuales.

Y, como no podía ser de otra manera, acá les dejo algo para leer. El primer acto de:


La tragedia de Macbeth

de William Shakesperare



Truenos y relámpagos. Entran tres brujas.

Bruja 1ª: ¿Cuándo volvemos a vernos?
¿Bajo lluvia, rayo y trueno?

Bruja 2da:
Cuando acaben brega y bronca
y haya derrota y victoria.

Bruja 3ra.:
Antes de que el sol se ponga.


Bruja 1ª:
¿En qué lugar?.


Bruja 2da:
En el yermo.


Bruja 3ra :
A Macbeth allí veremos.

Bruja 1ª:

¡Voy, Graymalkin!

Bruja 2da:
Llama Paddock.

Bruja 3ra:
¡En seguida!


TODAS:
Bello es feo y feo es bello.
Flota en bruma y aire espeso.


Salen.


Fragmento arbitrario, para crear clímax:

Bruja 1ª:

En torno al caldero dad vueltas y vueltas
y en él arrojad la viscera infecta.
Que hierva primero el sapo que cría
y suda veneno por treinta y un días
yaciendo dormido debajo de rocas:
que sea cocido en la mágica olla.


Pueden bajar la obra completa aquí

O bien entrar al blog Libros clásicos.



Brujería- Francisco Suñer (1983)


jueves, 30 de octubre de 2008

Al compás de la vigüela...

Así da inicio el Martín Fierro, ícono de la literatura argentina y gauchesca. Escrito por José Hernández y publicado por primera vez en el año 1872, este poema, estilísticamente incorrecto para los cánones de la época, fue muy bien recibido entre los lectores, pero tuvo que esperar para conseguir la aceptación de la élite literaria.
"Martín fierro" está escrito en versos octosílabos y se compone de dos partes: El gaucho Martín Fierro y La vuelta de Martín Fierro.

¿Por qué este post? La razón del mismo no deja de ser graciosa. Caí en un pequeño equívoco en el momento de actualizar las efemérides. Le atribuí la autoría del Martín Fierro a Miguel Hernández, uno de esos equívocos que suceden cuando se hacen las cosas con apuro... No tardé mucho en reparar en el error, pero me recordó esta obra que tenía sepultada.
¿Quién, en Argentina al menos, no leyó el "Martín Fierro" en el colegio?. Es lectura obligada, como "Facundo" de Domingo F. Sarmiento y "El Matadero" de Esteban Echeverría.

La primera estrofa reza:

Aquí me pongo a cantar
al compás de la vigüela,
que el hombre que lo desvela
una pena extraordinaria,
como la ave solitaria

con el cantar se consuela.



[vigüela: vihuela]

Más adelante nos cuenta:

Tuve en mi pago en un tiempo
hijos, hacienda y mujer-
pero empecé a padecer,
me echaron a la frontera-
¡y qué iba hallar al volver!

tan sólo hallé la tapera.

[Tapera]


Otras estrofas:

Al que amigo, jamás
lo dejen en la estacada,
pero no le pidan nada
ni lo aguarden todo de él-
siempre el amigo más fiel
es una conducta honrada.

y la conocidísima:

Los hermanos sean unidos
porque esa es la ley primera-
tengan unión verdadera
en cualquier tiempo que sea-
porque si entre ellos pelean
los devoran los de ajuera.


Y éstas, que me gustaron por el retrato fiel que hacen de una mala costumbre de la política argentina (vigente hoy como entonces):


Cuando se reunió la gente
vino a proclamarla el ñato-
diciendo con aparato
"Que todo andaría muy mal
si pretendía cada cual
votar por un candidato".

Y quiso al punto quitarme
la lista que yo llevé-
mas yo la mezquiné,
y ya me gritó "Anarquista,
has de votar por la lista
que ha mandao el Comiqué".

Me dió vergüenza de verme
tratado de esa manera;
y como si uno se altera
ya no es fácil de que ablande,
le dije "Mande el que mande
yo he votar por quien quiera"

"En las carpetas de juego
y en la mesa electoral,
a todo hombre soy igual-
respeto al que me respeta,
pero el naipe y la boleta
naides me lo ha de tocar"


Aceptado el desafío- Florencio Molina Campos

martes, 21 de octubre de 2008

El dinero no compra la felicidad...

Anteayer terminé de leer Eugenie Grandet, novela de Honoré de Balzac. Inicié su lectura tres días antes, y se dió una de esas pequeñas casualidades que a veces me hacen sonreír...

Los primeros versos del poema "Los limones" de Eugenio Montale que posteé unos días antes:

Óyeme, los poetas laureados
se mueven solamente entre las plantas
de nombres poco usados: boj, ligustros o acantos.

Y he aquí la dedicatoria que antecede a la novela:

A María

Su retrato es el adorno más hermoso de esta obra. Que su nombre sea aquí como una rama de boj bendita, arrancada de cualquier árbol, pero santificada por la religión y conservada siempre verde por manos piadosas para proteger la casa.
De Balzac


No recuerdo haber leído la palabra boj antes de eso. No creo conocer tampoco al arbusto que designa, según la RAE mide unos cuatro metros y tiene flores blancas (que huelen mal).

Perdón por la disgresión.

"Eugenie Grandet" es una de las novelas más conocidas de Honoré de Balzac, fue escrita en el año 1833 y está ambientada en la Restauración, ese breve período en el que los conservadores quisieron reestablecer el poder de los Borbones y la Iglesia Católica, en Francia. Es una novela costumbrista, como toda la obra de Balzac que compone la "Comedia humana" y como casi toda, sino toda, novela escrita en esa época. Y su tema es: la avaricia.
¿Quién es Eugenie? Una joven de provincia, hija de un hombre extremadamente avaro quién es realmente el personaje principal de la historia. Eugenie no tiene mucha relevancia, su única función en la historia es poner en relieve la avaricia de quienes la rodean. Su madre es una buena mujer, pero totalmente sometida al mandato social y al gobierno de su esposo. Sus ¿amistades? sólo ven en ella a una rica heredera, un instrumento para obtener sustanciosas rentas. Eugenie es rica, pero vive en la pobreza, pasa frío, se conforma con poco. Es envidiada y, sin embargo, no conoce del mundo más que un retazo; no ha experimentado pasiones ni sueños. Pero encarna la heroína estoica, libre de culpas, que toda buena novela clásica requiere.
El relato es un exquisito retrato de época, abundante en detalles y referencias históricas. Pero sería injusto pensar que Balzac sólo retrataba, siguiendo sus aspiraciones ( es bien sabido que sus grandes esfuerzos como escritor y las privaciones a las que se sometía, tenían como Norte el prestigio y la inclusión en los círculos selectos de la sociedad parisina); sin críticas. Al contrario, las hay; críticas que moralizan, pero críticas al fin. Eugenie Grandet describe minuciosamente la maquinaria empleada para ascender socialmente y acrecentar el patrimonio, las ventajas de hacer un buen matrimonio, los intereses escondidos detrás de los distintos actores sociales en la pequeña ciudad de Saumur, la especulación y la codicia en todo su esplendor.

Quisiera contar más, pero siempre existe la posibilidad de que un futuro lector ande por ahí.
Disfruté mucho leer una novela clásica, estaba de humor para ese tipo de literatura. Y de Balzac, hay tanto para escribir que lo voy a dejar para otro post.

A continuación, pequeños fragmentos:




"Estos gérmenes de melancolía existen en la fisonomía de una casa situada en Saumur, al extremo de la empinada calle que lleva al castillo por la parte alta de la ciudad. Esta calle, ahora poco frecuentada, cálida en verano, fría en invierno, oscura en algunos parajes, es notable por la sonoridad de su empedrado de pequeños guijarros..."

"En pocos minutos, la noticia de la magnánima resolución de Grandet llegó a tres casas a la vez y ya no se habló en toda la ciudad más que de aquel gesto de abnegación fraternal. Todo el mundo perdonaba a Grandet la venta que había hecho faltando a la fe jurada entre los propietarios, y se admiraba su honor y se alababa una generosidad de que no le creían capaz. Es muy del carácter francés entusiasmarse, encolerizarse o apasionarse por las cosas del momento o por el acontecimiento de la actualidad. ¿Será que carecen de memoria los seres colectivos y los pueblos"

"Y se escapó, avergonzada y feliz de haber ido. Sólo la inocencia tiene tales atrevimientos. La virtud instruída calcula tan bien como el vicio."






"El avaro"- Mariano de Cossío

viernes, 17 de octubre de 2008

De pobre y de loco, todos los poetas tienen un poco

Este miércoles fue el "Blog action day", versión 2008. El tema para postear era la pobreza.
Yo tenía mi post en borrador, pero no pude publicarlo. Mi computadora decidió que este miércoles era día no laborable.

No había pensando demasiado sobre qué escribir. El tema me encontró a mí.
Leí hace pocos días sobre un proyecto de Ley impulsado por la SEA (Sociedad de escritores y escritoras de la Argentina), en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El proyecto en cuestión impulsa la creación de una pensión para escritores, en el marco del Régimen de Reconocimiento a la Actividad Literaria de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En el mes de septiembre salió publicada una nota al respecto, en el diario Clarín.

..."Este proyecto, impulsado el año pasado por el fallecido diputado Elvio Vitali, propone que los escritores porteños que tengan al menos cinco libros publicados y registrados, y no cuenten con una jubilación, puedan acceder a esta pensión vitalicia, equivalente a dos veces y media el monto de una jubilación mínima, es decir, unos 1.250 pesos. El proyecto apunta a beneficiar a unos 90 escritores porteños que se encuentran prácticamente en la indigencia, ya que desarrollaron una labor literaria a lo largo de su vida pero no cuentan con ningún beneficio previsional. Por eso la iniciativa señala expresamente que la pensión "no podrá concederse cuando el escritor gozare de cualquier tipo de subsidio, premio literario o una jubilación, pensión graciable o retiro civil o militar, nacional, provincial o municipal equivalente a dos y media (2,5) jubilaciones mínimas".

La propuesta ya cuenta con la adhesión de muchos escritores, entre ellos: Héctor Tizón, Antonio Dal Masetto, Martín Caparrós, Abelardo Castillo, etc.

El hecho de que un escritor viva en la indigencia, genera indignación. Habla de la noción que se tiene, popularmente, de que la literatura, así como toda expresión artística, es prescindible. Ergo, quienes se dedican a ellas también. Y éste, es todo un tema.
La literatura y el arte no son actividades frívolas, quién así lo considere debería rever su propia visión del mundo. Es el sujeto, el lector y el espectador quien resignifica y valora la obra, desde quién es, con sus circunstancias de ser social. Si no podemos conmovernos no deberíamos culpar al mensajero.
Yo pienso desde hace mucho tiempo, que el arte es uno de los caminos de la empatía. Es una herramienta de reflexión y educación; nos ayuda a entendernos, a sumergirnos en aspectos menos visibles de nuestra humanidad. Si no nos conmovemos desde nuestra propia humanidad, desde nuestra individualidad, veo muy difícil que se pueda empatizar con alguien más... Sin empatía no hay compasión, no hay tolerancia ni respeto por el otro. El mundo, construído y sostenido por todos, todos que me incluye, gira sobre un eje egoísta.

Y ya puedo oír varias voces diciendo ¿Por qué hay que mantener a alguien que hizo lo que quiso, con recursos del estado? ¿porqué no se dedico a otra cosa? ¿por qué no trabajó? ¿y mi padre que trabajó toda su vida en una fábrica y ahora no tiene qué comer?.

Reformulo.

El hecho de alguien viva en la indigencia, genera indignación. Sea escritor, o no.


Sería muy bueno que se sancionaran leyes como esa, pero sería aún mejor llegar al quid de la cuestión. Dejar de palear los síntomas y desraizar las causas de la pobreza. Y sí, es algo utópico, quimérico, porque para lograr algo hay que empezarlo... Y nunca se empieza.
Yo no sé lo que es sentir dolor de estómago por hambre, sí por comer inadecuadamente o a consecuencia de una gastroenteritis, pero nunca he sentido hambre. Desconozco la sensación visceral de no tener cómo saciar mi hambre, la urgencia de vida.
Nunca he dormido a la intemperie. Nunca he caminado descalza porque carecía de calzado.
Ignoro semejantes carencias y, sin embargo, trato, me esfuerzo por comprenderlas. No quiero dejar de intentar saber que hay otras realidades y otras formas de transitar la vida. Ese es el rol que juega la empatía, luchar contra la indiferencia.
El arte, como suele decirse, alimenta el alma... Ya sé, todos sabemos, que con el alma no se come. El arte es prescindible si hay que optar entre calidad de vida y supervivencia. Pero optar siempre por sobrevivir nos deja en el vacío; nos deja carentes de sentido, desarmados para salir a dar batalla.

Volviendo al título del post. Nadie se asegura medios de subsistencia escribiendo poesía. Siempre fue así, desde la antigüedad. No es un estereotipo romántico, sinó una realidad que se mantiene en el tiempo. Hay decenas de cuadros que tienen la pobreza del poeta como tema; hubieron cientos de poetas, ahora reconocidos, que vivieron en la miseria; es algo instaurado en la sociedad y eso no va a cambiar. Nunca. La poesía no es una expresión con llegada masiva, ni siquiera puede compartirse como una película. La poesía requiere introspección, lectura a solas, con uno mismo y, sobre todo, ver lo que no se quiere ver, y sentir... Sentir lo bello y lo terrible, lo agradable y, también, lo que nos provoca incomodidad, remordimiento o asco. Entonces, la poesía no vende. Obvio. La condición humana no vende, sinó miren cuantas personas mueren día a día, por enfermedades tratables y desnutrición, devoradas por el anonimato, por la ceguera colectiva. La belleza no vende, sinó miren cuánto vale el último modelo de televisor con pantalla de plasma... Y ahí están las estrellas, todas las noches, brillando gratuitamente.

En fin... Ya no me queda café. Y no sé leer la borra.

Saludos.




El poeta en la miseria- William Hogarth

lunes, 13 de octubre de 2008

Situaciones absurdas que vive un lector

La semana pasada, estoy sentada frente al diario leyendo la última noticia relacionada al Premio Nobel de Literatura 2008. Leo entre los nombres que se barajan para ganarlo, el de Inger Christensen, poeta danesa que ha sido mencionada como candidata en otras ocasiones. Entonces caí en una idea absurda. Pensé "Ojalá gane Christensen, así puedo leer algo de ella". Lo cierto es que hay escritores que sólo reaparecen o peor, aparecen por primera vez, en las librerías después de que han sido premiados con el Nobel. Siempre hay, al menos, una editorial que reedita su obra. Siempre hay ejemplares emergiendo mágicamente desde los depósitos. Aún así, no siempre se consiguen los mejores títulos de cada autor... Pero bueno, lo importante es aprovechar la movida, supongo. Poner en las góndolas y mesas algo de ese escritor que anda de boca en boca, en revistas y periódicos.

Unos meses antes de que Doris Lessing ganara el Nobel, busqué sus primeros libros, sin suerte, por las librerías. La semana en que fue premiada, podían verse algunos ejemplares amarillentos de "El quinto hijo" o "La buena terrorista", ubicados muy cerca de los bestsellers. Diez días después ya tenía más títulos disponibles de esta autora. Me pasó algo bastante similar con Pamuk.

Quizás ahora, Nobel de por medio, muchos lectores tengamos la posibilidad de leer algo de Jean-Marie Le Clézio.





domingo, 12 de octubre de 2008

Llueve sobre mojado

Hoy, en Buenos Aires, llueve sobre mojado, en el sentido literal y en el abstracto.
..."llueve sobre mojado"
Así termina un poema de Eugenio Montale.

Nació en Génova, el 12 de Octubre de 1896. Combatió en la Primer Guerra Mundial, de esa época datan sus primeros poemas. Publicó por primera vez en el año 1922, en una revista de Turín; luego de eso, se instaló en Florencia hasta el año 1948 en que se muda a Milán, allí vivió hasta el 12 de Septiembre de 1981, día en que fallece.
Más importante que un cúmulo de fechas es saber que: era un hombre culto y gran lector; se desempeñó como crítico literario (impulsando a escritores como Italo Svevo); escribió ensayos; tradujo obras de autores importantes como Cervantes, Guillén o Hawthorne. Participó en publicaciones periodísticas y literarias como el Diario "Il mondo" e "Il Corriere della sera".
Y que buscó adherirse, con sus versos, a los huesos y a la psique de quienes lo leyeran.

Dijo, en la década del 70, al recibir el Premio Nobel "La poesía sobrevivirá al mundo tecnológico".
Y acá estamos, resistiendo. Tratando de mantenerla viva en el ciberespacio.

Algunos de sus libros:

En verso, "Huesos de jibia" (Ossi di seppia), 1925; "la casa de los aduaneros y otros versos" ( La casa dei doganieri e altre verso), 1932; "La tempestad y otros poemas" (La bufera e altro), 1956. En prosa, "Mariposa de Dinard" (Farfalla di Dinard), 1956; "Sobre la poesía" (Sulla poesia), 1976.



Algunos de sus poemas...


"No nos pidas la palabra" ( de Huesos de Jibia)


No nos pidas la palabra que escrute íntegramente
nuestro ánimo informe, y con letras de fuego
lo revele y esplenda como flor de azafrán
perdida en medio de un campo polvoriento.

¡Ah el hombre que se marcha seguro
de los demás y de sí mismo amigo,
y no cuida su sombra que el ardiente calor
graba sobre su descascarado muro!

No nos pidas la fórmula que pueda abrirte mundos;
sí alguna contrahecha sílaba, seca como una rama.
Esto solo podemos hoy decirte:
lo que no somos, lo que no queremos.



"Felicidad lograda, caminamos..." (de Huesos de jibia)


Felicidad lograda, caminamos
por ti sobre un filo de espada.
Para los ojos eres resplandor que vacila;
para el pie, tenso hielo que se raja;
que no te toque, pues, quien más te ama.

Si llegas a las almas invadidas
de tristeza, iluminándolas; tu mañana
es dulce y turbadora como nidos en las molduras.
Más nada paga el llanto de ese niño
cuyo globo se escapa entre las casas.



"Los Limones" (de huesos de Jibia)


Óyeme, los poetas laureados
se mueven solamente entre las plantas
de nombres poco usados: boj, ligustros o acantos.
Yo, para mí, amo las calles que conducen
a las herbosas zanjas donde en charcos
casi secos acechan los muchachos
alguna enjuta anguila:
los senderos que siguen los ribazos
bajan ente el penacho de las cañas
y llevan a los huertos, entre los limoneros.

Mejor si la algazara de los pájaros
se apaga devorada por el cielo:
más nítido se escucha el susurrar
de las ramas amigas al aire casi inmóvil,
y las sensaciones de este olor
que no sabe separarse del suelo
y llueve en el pecho una dulzura inquieta.
Aquí, de las pasiones apartadas
por milagro calla la guerra,
aquí también a los pobres nos toca nuestra parte
de riqueza
y es el olor de los limones.

Mira, en estos silencios en que las cosas
se abandonan y parecen muy próximas
a traicionar su último secreto,
a veces esperamos
descubrir un error de la Naturaleza,
el punto muerto del mundo, el eslabón perdido,
el hilo que al desenredarlo finalmente nos ponga
en el centro de una verdad.
La mirada sondea a su alrededor,
la mente indaga, concuerda, desune
en el perfume que se propaga
cuando más languidece el día.
Son los silencios en los que se ve
en cada sombra humana que se aleja
alguna perturbada Divinidad.

Mas desfallece la ilusión y el tiempo nos devuelve
a las ciudades rumorosas donde el azul se muestra
solamente a retazos, en lo alto, entre molduras.
Después, la lluvia cansa el suelo; se espesa
el tedio del invierno sobre las casas,
la luz se torna avara, amarga el alma.
Hasta que un día, a través de un portón mal cerrado,
entre los árboles de un patio
se nos aparece el amarillo de los limones,
y se deshiela el corazón
y retumban en nuestro pecho
sus canciones
las trompas de oro del esplendor solar.




"Para terminar" (de Diario del `71 al `72)


Recomiendo a mis herederos
(si los hubiere) en materia literaria,
lo que ya es improbable, que hagan
una hermosa fogata con todo lo que atañe
a mi vida, a mis actos, a lo no hecho.
Yo no soy Leopardi; dejo poco a las llamas
y es demasiado poco ya vivir al porcentaje.
Viví al cinco porciento: ni aumentéis
la dosis. Demasiado a menudo, en cambio, llueve
sobre mojado.





Naturaleza muerta con limones en un plato- Vicent Van Gogh (1887)



Fuentes: www.poeticas.com.ar
"Antología de poesía italiana contemporánea"- Horacio Armani

jueves, 9 de octubre de 2008

Hay que irse arremangando...

Gran noticia gran.
No, no es sobre el Nobel de Literatura.
¿Eso? ¡Menos! Este blog no cotiza en bolsa.
Bueno. Ya terminaron los rodeos.



Hoy, viernes 10 de octubre, a las 20:30 hs se realizará la presentación del séptimo número de la Revista Cultural Intravenosa en el Patio del Arte de la Galería Colonial. Lavalle 238, San Salvador de Jujuy.

El staff de la revista está compuesto por:

Rebeca Chambi
Fernando Choque
Tuta Albarracín
Hugo Gutiérrez
Maximiliano Chedrese
Matías Teruel



Colaboran, en este número, otros escritores tales como Meliza Ortíz y Pablo Baca

Si desean ver un adelanto, con el listado de artículos, cuentos y poemas de esta edición, pueden hacerlo aquí.

Para adquirir la revista en Capital Federal, pueden hacerlo en la librería García Cambeiro, Cochabamba 244 (esto viene a ser San Telmo, muy cerca de la intersección Cochabamba y Av. Paseo Colón).
En esta librería también puede conseguirse "Poesía Joven del Noroeste Argentino", de Santiago Sylvester; antología en la cual aparecen algunos de los escritores arriba mencionados.


¡Saludos!

miércoles, 8 de octubre de 2008

La pequeñez del elefante

A nadie se le ocurría escribir sobre la pequeñez del elefante. Aunque, de hacerlo, seguramente sería tildado de ocurrente.
José Saramago es, entonces, un hombre ocurrente. Y eso, es todo lo que diré sobre sus "Pequeñas Memorias". Criticar libros de memorias es como invadir jardines ajenos, con el único fin de cometer actos de vandalismo; es tomar lo más bello, a través de su recuerdo, de su relato, y vapulearlo. Pueden acusarme de mojigata, pero yo no voy a pisotear las margaritas de nadie ( o geranios, o nomeolvides... o bien pudieran ser pensamientos).
Y no me recuerden, que la crítica no siempre es negativa; que existe también, la crítica constructiva y/o positiva. Cuando uno critica siempre tiene algo negativo en mente, aunque se inicie el recorrido por el lado más amable.
Por otra parte, me gusta Saramago. Escribe como dios manda (el dios pagano de todos los escritores, por supuesto, que sólo existe reencarnándose en ellos para hacerlos escribir y recrearse a sí mismos). Escribe libros en serio; nada de esos libros vacíos de ahora, que esconden su insustancialidad bajo pretensiones vanguardistas. Yo soy lectora de vieja escuela, quiero libros que perduren; Saramago me da eso.

Acá va el fragmento...

"No falta quien afirme seriamente, con el argumento de autoridad de alguna cita clásica, que el paisaje es un estado del alma, lo que dicho con palabras comunes quiere decir que la impresión causada por la contemplación de un paisaje siempre dependerá de las variaciones temperamentales y del humor jovial o atrabiliario que están actuando en nuestro interior en el preciso momento en que lo tengamos delante de los ojos. No me atrevo a dudar. Se presume, por tanto, que los estados del alma son pertenencia exclusiva de la madurez, de la gente crecida, de las personas que ya son competentes para manejar, con más o menos propiedad, los graves conceptos con que sutilezas así se analizan, definen y pormenorizan. Cosas de adultos, que creen saberlo todo"...


miércoles, 1 de octubre de 2008

Vals entre poetas

Estoy terminando de leer dos novelas; buscando un libro de ensayos que leer, uno que sea realmente bueno y sacuda un poco el polvo de mis ideas(se aceptan sugerencias); y también estoy leyendo poesía, vieja y nueva. Sí, entré en una nueva etapa de lecturas caóticas. Paciencia.

Les dejo un humilde tributo, un par de poemas que considero muy buenos.


Vals en las ramas

de Federico García Lorca(del libro Poeta en Nueva York, en homenaje a Vicente Aleixandre y su poema "Vals")


Cayó una hoja
y dos
y tres.
Por la luna nadaba un pez.
El agua duerme una hora
y el mar blanco duerme cien.
La dama
estaba muerta en la rama.
La monja
cantaba dentro de la toronja.
La niña
iba por el pino a la piña.
Y el pino
buscaba la plumilla del trino.
Pero el ruiseñor
lloraba sus heridas alrededor.
Y yo tambén
porque cayó una hoja
y dos
y tres.
Y una cabeza de cristal
y un violín de papel.
Y la nieve podría con el mundo
si la nieve durmiera un mes,
y las ramas luchaban con el mundo
una a una,
dos a dos,
y tres a tres.
¡Oh duro marfil de carnes invisibles!
Oh golfo sin hormigas del amanecer!
Con el muuu de las ramas,
con el ay de las damas,
con el croo de las ranas,
y el gloo amarillo de la miel.
Llegará un torso de sombra
coronado de laurel.
Será el cielo para el viento
duro como una pared
y las ramas desgajadas
se irán bailando con él.
Una a una
alrededor de la luna,
dos a dos
alrededor del sol,
y tres a tres
para que los marfiles se duerman bien.


El vals

de Vicente Aleixandre


Eres hermosa como la piedra,
oh difunta;
Oh viva, oh viva, eres dichosa como la nave.
Esta orquesta que agita
mis cuidados como una negligencia,
como un elegante bendecir de buen tono,
ignora el vello de los pubis,
ignora la risa que sale del esternón como una gran batuta.

Unas olas de afrecho,
un poco de serrín en los ojos,
o si acaso en las sienes,
o acaso adornando las cabelleras;
unas faldas largas hechas de colas de cocodrilos;
unas lenguas o unas sonrisas hechas con caparazones de cangrejos.
Todo lo que está suficientemente visto
no puede sorprender a nadie.

Las damas aguardan su momento sentadas sobre una lágrima,
disimulando la humedad a fuerza de abanico insistente.
Y los caballeros abandonados de sus traseros
quieren atraer todas las miradas a la fuerza hacia sus bigotes.

Pero el vals ha llegado.
Es una playa sin ondas,
es un entrechocar de conchas, de tacones, de espumas o de dentaduras postizas.
Es todo lo revuelto que arriba.

Pechos exuberantes en bandeja en los brazos,
dulces tartas caídas sobre los hombros llorosos,
una languidez que revierte,
un beso sorprendido en el instante que se hacía «cabello de ángel»,
un dulce «sí» de cristal pintado de verde.

Un polvillo de azúcar sobre las frentes
da una blancura cándida a las palabras limadas,
y las manos se acortan más redondeadas que nunca,
mientras fruncen los vestidos hechos de esparto querido.

Las cabezas son nubes, la música es una larga goma,
las colas de plomo casi vuelan, y el estrépito
se ha convertido en los corazones en oleadas de sangre,
en un licor, si blanco, que sabe a memoria o a cita.

Adiós, adiós, esmeralda, amatista o misterio;
adiós, como una bola enorme ha llegado el instante,
el preciso momento de la desnudez cabeza abajo,
cuando los vellos van a pinchar los labios obscenos que saben.
Es el instante, el momento de decir la palabra que estalla,
el momento en que los vestidos se convertirán en aves,
las ventanas en gritos,
las luces en ¡socorro!
y ese beso que estaba (en el rincón) entre dos bocas
se convertirá en una espina
que dispensará la muerte diciendo:
Yo os amo.


"Pez y luna" Mordecai Ardon (1946)